¿QUÉ DESASTRES PUEDEN OCASIONAR LA INTERRUPCIÓN DE TU NEGOCIO Y QUÉ ESTRATEGIAS TOMAR PARA SUPERAR ESTOS RIESGOS?
La interrupción de negocios es, hoy en día, uno de los mayores retos para empresas y gobiernos. Terremotos, huracanes, ciberataques e interrupciones logísticas amenazan operaciones y ponen a prueba la capacidad de respuesta. Para el sector asegurador es un reto que exige cubrir pérdidas, anticiparlas, mitigarlas y guiar la recuperación.
En un momento cambió la ciudad. Eran las 13:14 horas del 19 de septiembre de 2017 y la Ciudad de México se detuvo. El suelo vibró con fuerza y, un poco más de un minuto, fue suficiente para que edificios se agrietaran, oficinas evacuaran en estampidas, y miles de personas quedaran atrapadas entre escombros y calles colapsadas. Los teléfonos dejaron de funcionar, el transporte se paralizó y las operaciones comerciales pasaron de la normalidad a la emergencia en cuestión de segundos.
Para muchas empresas, la jornada ahí terminó. Sin planes de contingencia, sin respaldo tecnológico y sin rutas alternas para continuar operaciones, la recuperación tardó semanas, incluso meses. Ese día, sin duda, el concepto de continuidad de negocio dejó de ser un apartado en manuales corporativos para convertirse en una cuestión de supervivencia.
CUANDO LO INESPERADO GOLPEA: DESASTRES NATURALES, HUMANOS Y EMERGENTES QUE PARALIZAN LOS NEGOCIOS
La interrupción de negocio es un riesgo multidimensional. No todos los desastres tienen el mismo origen, pero todos pueden ser igualmente devastadores.
- Desastres naturales. Son los más visibles y mediáticos: huracanes, terremotos, inundaciones, sequías e incendios forestales, son fenómenos meteorológicos extremos y geológicos que pueden destruir instalaciones, bloquear vías de comunicación y comunicación. En Latinoamérica la actividad sísmica y ciclónica es particularmente intensa, y no se diga en México, donde se combinan ambos riesgos.
- Riesgos humanos y tecnológicos. Los fallos energéticos, accidentes industriales y conflictos sociales también pueden paralizar negocios. En 2025, refiere Bloomberg, apagones masivos en Chile y Brasil detuvieron industrias enteras, afectando cadenas de producción que dependían de un flujo constante de energía.
- Amenazas emergentes. Pueden ser globales y de impacto multisectorial como las pandemias y crisis sanitarias, disrupciones en la cadena de suministros o ciberataques. Esta última amenaza es altamente preocupante. De hecho, en 2024, según la empresa Fortinet, México fue el país más atacado de Latinoamérica con más de 324,000 millones de intentos de ciberataques, eventos que pueden bloquear operaciones críticas, inutilizar plataformas de ventas y causar pérdidas millonarias en horas.

Fuente: Aon. Catastrophe Insight
IMPACTO ECONÓMICO E IMPLICACIONES PARA EL SECTOR ASEGURADOR
El impacto económico de los desastres no solo se mide en cifras de reconstrucción, sino en el tiempo que un negocio tarda en volver a operar. De acuerdo a la firma AON, las pérdidas globales por catástrofes alcanzaron los 368,000 millones de dólares, pero solo 145,000 millones estaban asegurados, dejando una brecha de cobertura del 60 por ciento.
En América Latina, la situación es más grave, pues apenas el 13% de las pérdidas está cubierto por seguros, de acuerdo a datos del Swiss Re Institute. No se diga en México, el país de la región que está más expuesto, con una penetración de seguros del 2.7% del PIB, muy inferior al promedio mundial. Esto significa que empresas y gobiernos absorben el costo restante, lo que retrasa la recuperación económica y puede llevar al cierre definitivo de negocios.

Fuente: Aon. Catastrophe Insight
¿CÓMO PREPARARSE ANTE LA INTERRUPCIÓN DEL NEGOCIO?
La respuesta a esta pregunta es muy sencilla: un Plan de Continuidad del Negocio (BCP, por sus siglas en inglés), una herramienta que puede marcar la diferencia entre una recuperación rápida y un colapso prolongado. Combina prevención, respuesta y recuperación, y robustece a la empresa ante interrupciones imprevistas. De acuerdo a la red de servicios profesionales KPMG, los pasos claves incluyen:
- Identificar riesgos críticos. Realizar un análisis exhaustivo de amenazas internas y externas para la organización.
- Desarrollar planes de contingencia. Diseñar estrategias específicas para mitigar cada riesgo identificado. Por ejemplo, establecer protocolos para apagones o ciberataques.
- Implementar redundancia de sistemas. Invertir en infraestructura y tecnologías robustas y flexibles, como sedes secundarias de operaciones críticas, respaldos regulares de datos en la nube, líneas de suministro diversificadas, enlaces de comunicación alternativos o soluciones de energía redundantes.
- Capacitar al personal. Entrenar a los equipos para respuesta a crisis, lo que implica simulacros regulares y ejercicios prácticos que prueben los planes de contingencia.
- Ensayar y revisar planes. Realizar pruebas periódicas y simulacros de los escenarios más críticos, para verificar que las estrategias funcionen.
- Contar con seguros adecuados. Incorporar seguros especializados en la estrategia de continuidad. Además de coberturas de daños a la propiedad y responsabilidad civil, las empresas deberían analizar pólizas de interrupción de seguros, ciberseguros y soluciones paramétricas.

Fuente: https://www.pdcahome.com
¿CUÁLES SON LAS SOLUCIONES PARA PROTEGER LA CONTINUIDAD EMPRESARIAL?
Los expertos en el tema coinciden que, siempre, las medidas preventivas resultan en términos de costos más efectivas que la recuperación tardía. Es más, hay estudios que precisan que cada dólar invertido en mitigación de riesgos previene unos cuatro dólares en pérdidas. La pregunta, entonces, es obligada: ¿cuáles son las estrategias recomendadas?
- Transferencia financiera del riesgo. Ampliar coberturas aseguradoras, incluyendo seguros paramétricos y reaseguros, así como considerar instrumentos financieros como bonos catastróficos o cobertura de crédito por desastre.
- Diversificar proveedores y fuentes. Evitar depender de un solo proveedor o ruta, mantener inventarios mínimos de insumos críticos y diversificar geografías de producción.
- Planes de emergencia sólidos. Documentar procedimientos claros para distintos escenarios y actualizar los planes ante cambios del entorno.
- Inversión en monitoreo y alertas. Aprovechar tecnologías de detección temprana para anticipar eventos y ganar tiempos de respuesta.
- Fortalecimiento organizacional. Asegurar roles de resiliencia dentro de la empresa, establecer un comité de crisis y entrenar al personal en cultura de riesgo continuidad.

Fuente: Artemis.bm
En pocas palabras: la resiliencia empresarial no es un gasto; es una inversión que define quién sobrevive y quién desaparece en un entorno donde el riesgo es cada vez más complejo, rápido y costoso.
Como especialistas en tercerización de la gestión de siniestros para aseguradoras y entidades públicas, SINESTRY es el aliado estratégico que te puede acompañar en tu estrategia de gestión de riesgos. ¡Contáctanos!