RESILIENCIA Y RECUPERACIÓN DEL SECTOR ASEGURADOR DESPUÉS DEL COVID 19

La crisis sanitaria del COVID-19 le pasó factura a las aseguradoras. Aun así, este sector ha demostrado su capacidad de resiliencia, que hay que reforzar para lograr su recuperación y, en un largo plazo, su crecimiento.

Según datos de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros, a 25 meses de que comenzó la pandemia de COVID-19 en México, las aseguradoras habían pagado $3,012 millones de dólares en la atención a más de 198,000 familias que contaban con una protección médica o de vida. Esa cifra, asegura la AMIS, afianzó al coronavirus como el siniestro más caro en la historia aseguradora del país.  

Al enfrentar esas obligaciones, el índice de solvencia de las aseguradoras resultó impactado, pasando,  en el último año, de 3.3 a 2.8 veces el capital que pide la legislación de estas empresas. Aun así, Norma Alicia Rosas, Directora General de la AMIS, destacó que el índice de solvencia se encuentra por encima de los parámetros requeridos, lo que indica que la industria aseguradora tiene una buena solvencia para afrontar escenarios financieros adversos.

Sin embargo, a pesar de su resiliencia,  los riesgos y las implicaciones potenciales derivados por el impacto del COVID-19 son múltiples y el sector debe encararlos y superarlos para perfilarse a una etapa de franca recuperación. 

Como dice una publicación de la consultora Deloitte, el entorno para las aseguradoras se antoja desafiante, por lo que deben buscar estrategias para estar mejor preparadas ante los retos venideros y salir fortalecidas de este proceso. “Las acciones que pongan en marcha y la forma en la que se adapten y respondan a los cambios que ha traído y seguirá ocasionando la pandemia serán fundamentales para asegurar su propio futuro”, sentencia.

En el estudio titulado “Más allá de la gestión de crisis: un plan para la recuperación y crecimiento de las aseguradoras”, de la misma Deloitte, aborda tres temas a considerar para ayudar al crecimiento del sector. Veamos cuáles son.

CENTRARSE EN EL CLIENTE

  • Las aseguradoras deben enfocarse en la experiencia del cliente para que sienta que la empresa está con él y que en realidad le genera valor. También recomienda crear productos que apoyen su economía y que se adapten mejor a sus necesidades. 
  • La retención de la cartera será el nuevo crecimiento. ¿Cómo? Estableciendo coberturas adicionales sin costo, formas de financiamiento, planes flexibles de pagos, y con tasas de recargo atractivas  o, incluso, tasa cero en negocios con baja siniestralidad o asegurados sin siniestralidad.
  • Las aseguradoras enfocadas al nicho minorista deben fortalecer los canales digitales y revisar sus plataformas de venta electrónica. Estas deben ser “amigables” con los usuarios, y desarrolladas bajo esquemas intuitivos que hagan de la compra de seguro una experiencia sencilla.
  • Las aseguradoras pueden proveer un apoyo no tradicional a través de su fuerza de ventas y, con ello, generar programas de educación en temas de salud y bienestar.

ADOPTAR UNA MENTALIDAD DE CRECIMIENTO

  • Los líderes deben generar una nueva forma de pensar para hacer cosas de forma diferente. ¿Cuáles? Identificar nuevos segmentos, crear productos novedosos de protección e inversión en la operación de seguros de vida, revisar las condiciones generales y simplificar su comprensión para los asegurados, generar una mayor transparencia en las exclusiones, buscar canales de distribución alternos, y conocer más al cliente para ofrecerle un valor agregado que cubras sus necesidades.
  • Ir más allá de la oferta de seguros y dedicarse más al cliente y a su apoyo, para que este vea a la aseguradora como un “socio de negocios”.

ACELERAR TEMAS DIGITALES

  • Las herramientas digitales pueden ser grandes aliados del crecimiento. ¿Cómo? Facilitando el desarrollo e implementación de nuevos canales de venta, enfocando los esfuerzos de innovación en una mayor velocidad de comercialización, mejorando la operación, generando funcionalidades de rápida actualización para ventas y servicio al cliente, así como obteniendo un mayor conocimiento del mismo a través de modelos analíticos.
  • Hay que priorizar mejoras en los procesos de atención remota para atraer nuevos negocios y dar servicio al cliente. También se debe buscar que los agentes de ventas realicen actividades de forma virtual.
  • Debe procurarse desarrollar nuevos procesos de trabajo y oficina virtual de forma recurrente, garantizando que las actividades que se efectúen remotamente, para generar nuevas iniciativas en la gestión de gastos y relación con proveedores.
  • Se debe de trabajar en la implementación digital, en la inteligencia artificial, en el Machine Learning, y otras tecnologías que permitan un trabajo eficiente, con beneficios para el cliente, el agente, el intermediario y la empresa.

UNA POSIBLE LUZ AL FINAL DEL CAMINO

Como Directora General de la AMIS, y al observar una sensible disminución en el número de contagiados y fallecidos a causa del COVID 19, Norma Alicia Rosas vislumbra que está próximo el fin de la pandemia.

Por su parte, la consultora Deloitte considera que el sector asegurador ya ha entrado a una etapa de “nueva normalidad” y que, para hacerle frente, debe estar preparado en los nuevos retos de su operación. Reitera que los tres aspectos antes señalados deben de constituirse en las herramientas que ayuden a las empresas de la industria no solo a redimir esta crisis, sino a recuperarse y alcanzar, en el mediano y largo plazo, un crecimiento.

De forma general, concluye que la industria aseguradora necesita buscar bases sólidas que fomenten su crecimiento futuro. Y en forma particular, sugiere que cada empresa analice las iniciativas a las que tendrá darles prioridad según su propia situación y, a partir de ahí, definir las acciones que tengan más valor para ella.

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