¿CÓMO IMPACTA EL CAMBIO CLIMÁTICO A LA SEGURIDAD DEL AGUA?
El cambio climático está exacerbando tanto la escasez como los peligros relacionados con ella, como inundaciones y sequías. Y a medida que el cambio climático continúe, la calidad y disponibilidad del agua puede ser un tema crítico para la comunidad y para las empresas.
El cambio climático y el agua tienen una relación muy estrecha. El cambio climático afecta al agua presente en el planeta de formas complejas: desde patrones de precipitación impredecibles hasta la reducción de las capas de hielo, pasando por el aumento del nivel del mar, inundaciones y sequías.
Como señala ONU-Agua, que coordina el trabajo de las Naciones Unidas en materia de agua y saneamiento, “la mayor parte de los impactos del cambio climático se reducen al agua”. Y añade: “Los fenómenos meteorológicos extremos provocan que el agua sea más escasa, más impredecible, más contaminada o las tres cosas a la vez. Estos impactos a lo largo del ciclo del agua amenazan el desarrollo sostenible, la biodiversidad y el acceso de las personas al agua y al saneamiento”.
Para Tami Griffin, Líder de la Industria de Alimentos, Agronegocios y Bebidas en AON, lo que veremos en el futuro será un boom o una carencia de agua. “Las geografías no tendrán agua o la obtendrán toda a la vez”. Y en opinión de su par en AON, Ciara Jackson, la calidad es tan importante como la cantidad. “Creo que estamos a punto de entrar en una era en la que habrá competencia por el agua”, apunta.
Lo grave es que el cambio climático provoca una serie de desastres naturales que afectan directamente la seguridad del agua en diversas regiones del mundo. Sin ir lejos, está la sequía en California de 2020-2021, con un impacto significativo en su suministro de agua urbana, agricultura y ecosistemas; el aumento del nivel del mar en Bangladesh, que contaminó fuentes de agua dulce, afectando a millones de personas; el huracán John, que en septiembre de 2024 provocó copiosas lluvias que dejaron bajo el agua a múltiples colonias de Acapulco; o las recientes inundaciones en España, que produjeron más de 150 muertes.
Fuente: Sistema Meteorológico Nacional / Conagua
ESCASEZ DE AGUA: UNA SEÑAL DE CRISIS HÍDRICA
Hace unos meses, la Ciudad de México vivió una crisis hídrica que encendió los focos de alerta. Pero el problema no es solo local.
Actualmente, 3,600 millones de personas carecen de suficiente acceso al agua, por lo menos, durante un mes al año, cifra que aumentará hasta superar los 5,000 millones de aquí a 2050, según datos de ONU-Agua. Además, el mundo dista mucho de haber alcanzado el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 sobre agua limpia y saneamiento, indica un informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Además, advierte que solo el 0.5 del agua presente en la Tierra es agua dulce, utilizable y disponible, y que el cambio climático está afectando peligrosamente este suministro.
Por otra parte, el Intergovernamental on Climate Change (IPCC) prevé que los suministros de agua almacenados en los glaciares y la capa de nieve disminuirán durante este siglo, lo que reducirá la disponibilidad de agua durante los períodos cálidos y secos en las regiones abastecidas por el agua derretida de las principales cadenas montañosas, donde actualmente vive más de una sexta parte de la población mundial. También pronostica que el aumento del nivel del mar amplíe la salinización de las aguas subterráneas, disminuyendo la disponibilidad de agua dulce para los seres humanos y los ecosistemas presentes en las zonas costeras.
Asimismo, anota que la calidad del agua se ve afectada por el cambio climático, ya que las temperaturas más altas del agua y las inundaciones y sequías más frecuentes agravan muchas formas de contaminación del agua, desde sedimentos hasta patógenos y pesticidas.
Además, este panel advierte que el cambio climático, el crecimiento de la población y la creciente escasez de agua ejercerán presión sobre el suministro de alimentos, así como sobre la mayor parte del agua dulce utilizada. De hecho, precisa la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), 70% del agua se utiliza para la agricultura.
Fuente: Naciones Unidas: https://unstats.un.org/sdgs/report/2022/Goal-06/
INUNDACIONES Y SEQUÍAS: PELIGROS RELACIONADOS CON EL AGUA
El cambio climático ha provocado que fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones o sequías, sean cada vez más probables y más intensos. Según el Banco Mundial (BM), el aumento global de las temperaturas eleva la humedad que la atmósfera puede contener, resultando en tormentas y lluvias torrenciales; paradójicamente, períodos de sequía más intensos a medida que se evapora más agua de la tierra también cambian los patrones climáticos globales.
De acuerdo al BM, los desastres relacionados con el agua han dominado la lista de los últimos 50 años y representan el 70% del total. La OMM añade que, desde el año 2000, los desastres relacionados con inundaciones aumentaron un 134% en comparación con las dos décadas anteriores, mientras que el número y duración de las sequías se incrementaron un 29% en el mismo período.
El IPCC previene que los riesgos de sequía e inundación, así como los daños sociales asociados, crezcan aún más con cada grado de calentamiento global. “Es muy probable que las precipitaciones torrenciales aumenten en la mayoría de las zonas geográficas durante el siglo XXI, con más inundaciones provocadas por la lluvia. Al igual, también se prevé que aumenten las zonas geográficas terrestres con mayor sequía extrema en un momento dado”.
AGUA: PROBLEMA Y SOLUCIÓN
Según ONU-Agua, “el cambio climático es, ante todo, una crisis hídrica”, pero también considera que “el agua puede combatir al cambio climático”. ¿Cómo? La respuesta es múltiple, conjuntando propuestas de diversos organismos:
- Gestionar mejor el agua para reducir las emisiones de gases de efecto de invernadero y brindar protección contra los peligros climáticos.
- Conservar humedales, manglares, praderas submarinas, marismas y pantanos para reducir dichas emisiones.
- Adoptar una agricultura climáticamente inteligente para usar el agua de forma más eficiente.
- Implementar, por el lado público, una infraestructura para almacenar y administrar el agua.
- Aprovechar las aguas subterráneas y reutilizar las aguas residuales.
- Poner en práctica sistemas de alerta temprana para inundaciones, sequías y otros peligros relacionados con el agua para reducir el riesgo de desastres.
- Informar, por parte de las empresas, la administración del agua como un indicador de rendimiento.
- Poner el agua en el centro de los planes de acción de los responsables de las políticas climáticas.
- Cooperar internacionalmente para equilibrar las necesidades de agua de las comunidades, la industria, la agricultura y los ecosistemas a través de las fronteras nacionales.
En suma, la gestión sostenible del agua es fundamental para aumentar la resiliencia de las sociedades y los ecosistemas, así como para reducir las emisiones de carbono. Es una misión, donde “todos tenemos un papel que desempeñar: las acciones a nivel individual y familiar son vitales”, concluye el organismo.
Los peligros relacionados con el agua también pueden ocasionar grandes desastres. En estos casos, recurre a SINESTRY, que ofrece soluciones tanto al sector asegurador como gubernamental.