LOS SINIESTROS A GRAN ESCALA QUE HAN MARCADO AL MÉXICO MODERNO
Por su ubicación geográfica y diversidad climática, México ha enfrentado numerosos siniestros a gran escala tanto naturales como provocados por el hombre. Son eventos que han puesto a prueba la capacidad de respuesta del país, pero que también han moldeado su resiliencia. ¡Repasemos algunos de ellos!
Aunque han ocurrido en diferentes épocas del México moderno, y unos han sido provocados por la naturaleza, y otros han sido accidentes industriales o se deben a crisis sanitarias, todos tienen un común denominador: son siniestros a gran escala que han dejado una profunda huella en la historia del país, pero que también han forjado una capacidad de respuesta ante los riesgos y un carácter de resiliencia por parte de nuestra comunidad.
Conforme a datos del EM-DAT, base de datos global que se centra en los grandes desastres naturales y tecnológicos, de 1980 a 2022 se han registrado 255 desastres naturales en México. La misma fuente señala que los desastres más recurrentes desde ese año fueron las tormentas, que incluyen ciclones, huracanes, tormentas tropicales y sus variantes.

Fuente: EM-DAT
A continuación, un repaso de los siniestros a gran escala que se han presentado en las últimas décadas.
EXPLOSIONES DE SAN JUAN IXHUATEPEC (1984)
Conocidas como las “explosiones de San Juanico”, por ocurrir en San Juan Ixhuatepec, Estado de México, el 19 de noviembre de 1984, este evento catastrófico que tuvo lugar en una planta de almacenamiento y distribución de gas licuado operada por Petróleos Mexicanos es considerado una de las tragedias industriales más devastadoras en la historia del país.
Oficialmente, estas explosiones que alcanzaron una magnitud de 0.5 grados en la escala de Ritcher y produjeron llamas de hasta 500 metros de altura, provocaron la muerte de 503 personas, 7,000 resultaron heridas y cerca de 60,000 personas tuvieron que evacuar la zona. Un cráter de 200 metros de radio, 150 casas destruidas y daños en un área de hasta un kilómetro de la planta quedaron para testificar la necesidad de implantar regulaciones más estrictas en la industria y mejorar los protocolos de seguridad para prevenir tragedias similares en el futuro.
TERREMOTO DE LA CDMX (1985)
Aunque el sismo afectó a las zonas centro, sur y occidente del país, este movimiento telúrico de una magnitud de 8.1 grados y una duración de dos minutos que ocurrió el 19 de septiembre de 1985 fue el más destructivo y mortífero de la historia de México. La cifra oficial de muertes fue inicialmente de 3,692 personas, pero organizaciones independientes sugieren que el número real podría haber superado los 20,000, además de miles de personas que resultaron heridas.
En el recuento material, más de 400 edificios colapsaron y miles resultaron dañados. El saldo de damnificados fue de 250,000, mientras que otros 30,000 fueron reubicados a campamentos. En total, los daños económicos se cuantificaron en más de 4,000 millones de dólares, que se sumaron a una deuda externa y una errática situación financiera, con la agravante que en ese tiempo México carecía de una cultura de protección civil, de protocolos de acción y de recursos para los siniestros a gran escala.
INUNDACIONES EN TABASCO (2007)
El 27 de octubre de 2007 quedó grabado en la memoria de los tabasqueños, cuando crecidas históricas en los ríos Grijalva y Usumacinta provocaron el desbordamiento de ambos ríos y la inundación de más del 60% del territorio estatal. Era el desastre más grave que Tabasco había vivido en 50 años.
La emergencia culminó el 15 de diciembre, dejando a Villahermosa sumergida en un 80% y a comunidades enteras aisladas. La infraestructura estatal sufrió daños severos con 123,386 viviendas afectadas, 127 hospitales dañados y 3,400 escuelas inhabilitadas. Además la actividad agrícola quedó paralizada.
Por su parte, la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) estimó en más de 7,500 millones de pesos el monto a pagar que ocasionaron las inundaciones. De hecho, más de 23,000 vehículos fueron siniestrados, convirtiéndose en la mayor catástrofe de automotores en la historia del país.

PANDEMIA DE COVID-19 (2020-2022)
Fue el 30 de enero de 2022, cuando el mundo entero se enfrentó a un enemigo antes desconocido: lo llamaron “COVID-19”, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) la consideró una emergencia de salud pública de importancia internacional. A partir de ese momento, las sociedades, las empresas y los gobiernos del mundo sufrieron un cambio dramático y radical en sus vidas.
Según la OMS, la pandemia infectó a 777 millones de personas a nivel global, causando la muerte de 7 millones de ellas. Por lo que toca a México, y tras presentar varias olas de contagio, el país registró más de 330,000 muertes, aunque otras estimaciones sugieren que la mortalidad superó las 600,000 personas. Como sea, el país se posicionó entre los más afectados a nivel mundial en términos de mortalidad, concentrándose las defunciones en la CDMX y los estados de México, Jalisco, Veracruz y Nuevo León.
El impacto sobre la economía mexicana fue igual devastador, no se diga para la industria aseguradora. En agosto de 2021, la AMIS declaró al COVID-19 como el siniestro más caro en la historia aseguradora de México y, para enero de 2023, lo reconfirmaba, indicando que esta crisis sanitaria había generado indemnizaciones por 3,217 millones de dólares. Tan solo por el rubro de seguro de gastos médicos se pagaron 26.2 millones de pesos cada día durante la pandemia.
HURACÁN OTIS (2023)
Un huracán nunca antes visto en el Pacífico mexicano impactó Guerrero el 25 de octubre de 2023. Este fenómeno alcanzó la categoría 5 en la escala Saffir-Simpson, con vientos sostenidos de hasta 270 km/h, tras una intensificación extremadamente rápida. Aunque el huracán golpeó casi toda la costa de Guerrero, la atención mediática se centró en Acapulco. El daño humano se estimó en 68 personas fallecidas y decenas de desaparecidas. Las pérdidas materiales se calcularon sobre 15,000 millones de dólares, resultando afectadas 98% de las viviendas y 80% de los hoteles del puerto.
A un año del impacto del huracán Otis, la AMIS reportaba haber atendido 44,653 siniestros por un monto de cobertura de 39,343 millones de pesos. Este siniestro de gran escala se ubicaba como el tercer evento de mayor cobertura de seguros para la industria y el segundo huracán de mayor impacto en daños asegurados.

Fuente: EM-DAT
UNA MARCA INDELEBLE
Hemos visto que los siniestros a gran escala han dejado una marca indeleble en la historia moderna de México. Cada evento ha traído consigo lecciones importantes y ha impulsado cambios en la infraestructura, las políticas y la preparación para desastres. La resiliencia de la sociedad mexicana es un testimonio de su fortaleza y determinación, pero aún hay que reforzar su capacidad para adaptarse y recuperarse de estos desafíos.
Como líder en gestionar siniestros, los casos de éxito de la acción de SINESTRY son recurrentes, como la campaña para ayudar a los afectados por el huracán Otis a reclamar ante las aseguradoras un pago justo por los daños sufridos. ¡Contáctanos!